Veinte velas. Ojos morados. Tiemblo al tiempo que aparece cantando feliz cumpleaños. Como si ayer no existiera. Como si fuéramos una pareja normal.
Treinta velas. Ojos pintados. La memoria apela a mi conciencia mientras hundo el cuchillo en la tarta, de la misma forma que me cobré su vida. Pero no derramo ni una sola lágrima.
excelente, en tan pocas palabras has reflejado fielmente una triste realidad, se visualiza la escena con total claridad. Felicidades, compañera 😊
ResponderEliminarexcelente, en tan pocas palabras has reflejado fielmente una triste realidad, se visualiza la escena con total claridad. Felicidades, compañera 😊
ResponderEliminarCuál triste verdad en pocas líneas...
ResponderEliminarTenía miedo de que no se entendiese pero ya veo que si. Gracias a todos
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