Mi ángel de la guarda me dice que el cielo no existe, que confundimos la paz con el descanso eterno porque en realidad no la conocemos.
Mi ángel de la guarda me cuenta que al infierno no se llega tras la muerte y que no solamente alberga sufrimiento, sino también placeres de los que todos somos fácil presa. Me confiesa que el infierno es la vida, que la hoguera la prenden los hombres y en ella se queman unos a otros día a día...
Mi ángel de la guarda afirma con tristeza que nuestra evolución es paradójica. Creación y destrucción, dos patrones contrapuestos son los que definen nuestra esencia. Fuimos Adán y Eva pero también la serpiente. Convertimos el paraíso en lo que hoy llamamos mundo. El Ártico, el Amazonas, el resto de las especies, todos lamentan nuestra existencia. Incluso nosotros mismos.
Mi ángel de la guarda llora y ríe observando la delgada línea que separa el bien del mal, y comprende mi ira y la causa de mi disgusto...¿hasta dónde vamos a llegar?
Hola Paula! Escribes de una forma que toca el corazón, es maravilloso leer tus palabras... Un abrazo fuerte
ResponderEliminarQue bonito Paula.... verdades como puños entre lineas. Muy bien!!!
ResponderEliminarPaula coincido con Aisin... Las cosas que escribes llegan al corazón, pero hacen pensar. Y tus finales como siempre demoledores. Nunca imaginé que estuvieras hablando con la conciencia. Bravo!!!!!!!!
ResponderEliminarP.D ¿Para cuando esa novela?
Jorge.