domingo, 21 de junio de 2015

"IMPULSIVIDAD EMPRESARIAL". CONCLUSIONES DEL PROYECTO "EMPRESAS TÓXICAS". PSICOLOGÍA DE LAS ORGANIZACIONES.



Cada mañana los medios de comunicación retratan el cambio que se está experimentando en el mundo laboral. Las grandes empresas han dejado a un lado los derechos humanos y bajo nuevas fórmulas creadas por ellas mismas, llevan a cabo cada vez más prácticas tóxicas en su gestión con un solo objetivo: aumentar sus beneficios.

Desde la Psicología del Aprendizaje se define "impulsividad" como aquella conducta de elección de una recompensa inmediata en lugar de una mayor demorada. Esto es lo que precisamente caracteriza a las empresas de hoy en día. Son completamente impulsivas.

Bajo esta ansia patológica de refuerzo inmediato transformado en números llevan a cabo despidos, recortes, bajadas y/o congelaciones de salarios, reducciones de jornada y de plantilla, contratos temporales de mala calidad pero no escatiman en gastos invirtiendo millones en estudios de mercado y publicidad, para que su nombre se reconozca y llamé la atención sobre posibles clientes potenciales. Resulta extraño a la par que llamativo observar cómo estas organizaciones, con la cantidad de recursos de que disponen, estén caminando en una dirección opuesta y totalmente errada de acuerdo con el objetivo que persiguen. ¿De qué sirve el marketing si la producción falla o no es de calidad? Paradójicamente la producción y calidad de su actividad está en manos de los empleados a los que maltratan, no de la publicidad.

Según la definición de Salanova (Salanova, 2008; Salanova y Schaufeli, 2009) las organizaciones saludables, se pueden definir como aquellas que “realizan esfuerzos sistemáticos, planificados y proactivos para mejorar la salud de los empleados mediante buenas prácticas relacionadas con la mejora de las tareas, el ambiente social y la organización”

Entre otras características que se observan en las organizaciones saludables podemos mencionar: horarios flexibles, autonomía, buena comunicación entre jefes, supervisores y empleados, liderazgo positivo, visibilidad de la participación de los empleados en el producto final, variedad de tareas, programas de incentivos, estimulación de la creatividad, buen diseño de puestos, diseño de carrera, programas de prevención de accidentes laborales, reuniones frecuentes de equipo…

La empresa saludable incentiva la superación personal, el aprendizaje continuo, la capacitación y la motivación y cuida de sus recursos humanos ya que entiende que son su capital principal. Fruto de las prácticas saludables los empleados están altamente motivados y se esfuerzan por alcanzar los objetivos y las metas de la empresa. Se sienten identificados con ella y surge el “work engagament”. Un trabajador “engaged” es un trabajador comprometido, una persona que está totalmente implicada en su trabajo y entusiasmada con él. Cuando tiene oportunidad, actúa de una forma que va más allá de los intereses de su organización para que esta crezca y se desarrolle, ya que se siente orgulloso de pertenecer a ella y por tanto quiere que prospere y perdure.

Desde esta perspectiva parece claro que aquella organización que lleva a cabo prácticas saludables, es decir que cuida de sus empleados, obtendrá de los mismos un rendimiento muy superior de los que cabría esperar en caso de no realizar tales prácticas. La manera de gestionar los recursos humanos por parte de la organización se convierte así en una pieza fundamental para su desarrollo potencial y la clave de su éxito en el futuro.

Esta idea no es ni por asomo una idea nueva, El clima laboral ha sido largamente estudiado, siendo uno de los primeros estudios al respecto el realizado en la planta Hawthorne de Western Electric, en Chicago, por Elton Mayo allá por 1949. Bajo un ambiente adecuado y unas condiciones óptimas un trabajador puede aumentar su rendimiento aunque no posea inicialmente las capacidades exigidas en el puesto

Un ambiente de trabajo adecuado no es imposible de lograr, pero necesita de la empresa unos esfuerzos importantes. En primer lugar es necesaria una evaluación exhaustiva de su propia actividad para localizar sus errores, como por ejemplo las condiciones físicas y el grado de estrés en el que los trabajadores deben desempeñar sus tareas, analizar si los mandos intermedios poseen cualidades de liderazgo, entre otras. Y una vez localizados y corregidos los "puntos negros" todavía habrá mucho que hacer. En palabras de Seligman, padre de la psicología positiva, “el verdadero crecimiento personal y superación de nuestras dificultades no vendrían sólo de eliminar lo negativo, si no de construir y adquirir lo positivo”. Por tanto es necesario que las empresas abandonen esta conducta impulsiva si quieren prosperar. Deben transformarse en organizaciones saludables aunque sea solamente por su propio interés corporativo.

Como bien afirma Salanova “las prácticas saludables influyen en el desarrollo tanto de los empleados saludables como de los resultados saludables, que a lo largo del tiempo influirán mejorando las formas de organizar y estructurar los procesos de trabajo, generando procesos de mejora constante a lo largo del tiempo”

Es una tarea ardua, que requiere trabajo y que por supuesto no dará beneficios inmediatos, más bien pérdidas. Pero a largo plazo esta trasformación será beneficiosa de forma bidireccional y recíproca.

Si las empresas llevan a cabo prácticas saludables no solo serán mejor vistas de forma externa y obtendrán más beneficios y mejor productividad sino que sus empleados se desvivirán para la organización crezca y alcance sus objetivos y su máximo desarrollo potencial. El trabajador motivado, además de incrementar su rendimiento al máximo, la calidad y la producción, es la mejor publicidad para una compañía. Hablará a los suyos con pasión de su empresa, querrá que compren sus productos, ningún anuncio estará a su altura. Con el tiempo, la empresa tendrá una imagen social positiva con la que tal vez no precise tanto estudio de mercado. Solamente una gran plantilla de empleados motivados.



                                                       


 Paula Xirasola.