En ese momento comprendió que el mundo jamás tendría sentido por
más que tratase de buscárselo.
Que muchos de los enigmas que albergaba su alma
seguirían sin resolver, protegidos por un inexorable silencio que no se
rompería por ella. Que había eventos que jamás atenderían a razones por más que
apelasen a su conciencia. Que la balanza se inclinaría cada vez más hacia la
maldad y al propio interés en lugar de hacia la bondad y el altruismo, ante la
pasividad de una justicia deprimida y ciega.
Aprendió que Homo
homini lupus est era algo
más que una cita. Era la única verdad pura, la cruda realidad tangible y
objetiva.
Así que podía pasarse toda una vida creyendo en
un mundo ideal y perfecto, muriendo una y otra vez en el intento de generar un
pequeño cambio. O simplemente, desistir y resignarse. Porque nadie podría
hacerle frente a la decadencia continua e in
crescendo del ser humano.
Y mucho menos ella, acompañada únicamente de
sus manos.
Paula Xirasola. (Desde el lado que da sombra al mundo. Parte
3)
Como siempre... Tus reflexiones tocan la tecla... ¿Estás llendo a un curso nuevo o algo? Noto una mejoría notable en tu estilo (ya era bueno, pero ahora lo es mas)
ResponderEliminarXavi.L
No Xavi... No estoy en un curso nuevo... Estoy en un momento en el que mi pluma tiene ganas de llorar. Solo eso.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste.
Pues llora muy bien tu pluma Paulita
ResponderEliminarXavi.L
Ya pensaba que hoy no había actualización. Todo el día dándole que te pego al F5 pero ¡¡¡ha merecido la pena!!!! Vaya entrada niña. Maravillosa y real como la vida misma. Muy muy muy muy buena.
ResponderEliminarCon lo joven que eres y que potencial el tuyo. El día que publiques un libro yo seré la primera en comprarlo aunque tenga que venirme desde Andalucía.