Se agotaba por completo en cada intento de mantener los ojos
abiertos. Sus párpados parecían dos pesas que implacables se resistían a
ser levantadas hasta por el más experto de los atletas.
Pero aún más difícil suponía coordinar al unísono su cuerpo para
dar un solo paso al frente. Porque bajo sus pies, el suelo había perdido la
firmeza y se había transformado en un untuoso fango dónde caminar era una ardua
tarea que rozaba el filo de lo imposible.
No podía hacer otra cosa que permanecer inamovible. A la espera de
que el tiempo saliera al rescate y le dotase de la fuerza necesaria para ganar
el pulso que mantenía con su sombra.
Paula Xirasola.
(Desde el lado que da sombra al mundo. Parte 5)
Me doy cuenta tarde de que estás "del lado que da sombra al mundo". Te conozco desde hace tiempo y espero que ganes este pulso.
ResponderEliminarÁnimo Paulita.
Xavi.L
Gracias Xavi...
EliminarPrecioso. Refleja perfectamente los sentimientos más profundos de alguien a quien se le ha removido sus cimientos. Sigue escribiendo así es un auténtico lujo leerte.😉
ResponderEliminarPrecioso. Refleja perfectamente los sentimientos más profundos de alguien a quien se le ha removido sus cimientos. Sigue escribiendo así es un auténtico lujo leerte.😉
ResponderEliminarTe aseguro Rosa...que me encantaría poder escribir sobre otro tema. Me anima saber que de esta oscuridad sale algo bueno.
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