miércoles, 3 de diciembre de 2014

Y SIN EMBARGO... GIRA




En alguna parte leí que el ser humano es el único ser que nace indeterminado, que necesita de otros para evolucionar y sacar lo mejor de sí mismo....

Nacemos indeterminados sí, necesitamos de los otros porque el ser humano nace y vive en sociedad.... Pero vivir en sociedad no significa que podamos sacar lo mejor de nosotros mismos y, me atrevo a decir que, normalmente sucede justamente lo contrario. Debemos medir nuestros actos, nuestras palabras, nuestra conducta e incluso nuestro pensamiento si queremos seguir perteneciendo a la manada. Debemos ser tristes marionetas y no resistirnos a las manos de ese "ser misterioso" que maneja nuestras cuerdas. Es nuestra sociedad la que mueve los hilos, la que nos premia o reprime, la que nos desprestigia y no tiene en cuenta nuestra valía, dando por hecho que no podemos aspirar a más de lo que ella misma nos concede.. Camina en la dirección que te impone y jamás serás la oveja descarriada.

Durante los primeros años de nuestra vida somos pura creatividad e ingenio, nadie frena nuestras ocurrencias sino que sonríen ante la gracia que les causa nuestra elocuencia. Pero eso solo sucede al principio.
A medida que nos hacemos mayores, nuestras ideas dejan de ser divertidas y parece que nuestro entorno se pone de acuerdo para calificar, los productos que nuestra mente fabrica sin cesar, de ideas peregrinas, ideas inalcanzables, ridículas, utópicas, erradas, banales, imposibles, equivocadas, impensables! 
Crecemos asumiendo que no es bueno pensar en lo que “todo el mundo” cree que está mal, a pesar de que nadie tiene el poder o la sabiduría para designar qué es lo “normal” y mucho menos lo correcto.
Sin el apoyo y el reconocimiento social acabamos apagando muchas de las bombillas que se encienden en nuestras cabeza, nos avergonzamos de lo que nuestra mente concibe y finalmente lo rechazamos... o no lo hacemos pero lo calificamos  de “imposible”.
El niño es feliz siendo niño y de mayor debe sufrir el juicio que se hace de todo cuánto piense o exprese. Que injusto castigo para quién ha nacido dotado de "una mente maravillosa", que triste es la vida si ya desde el colegio nos restan nuestras posibilidades de futuro al censurar aquello de lo que nos creemos capaz. ¿Es acaso ésto a lo que llamamos evolución?

Si tienes una idea primero debe pasar la criba de la opinión social y si lo consigue, tendrá que sobrevivir a las garras de la tortuosa burocracia para hacerse realidad. Solamente unos pocos tendrán la iniciativa de darle forma a su sueño y después seguir luchando para que perviva. Pero... ¿de qué sirve la iniciativa sin oportunidades?. Sin recursos las ideas se quedan en el cajón del olvido para acabar desapareciendo en el agujero de las cosas perdidas y de ahí ya no vuelve a salir.
Siempre estará la sociedad y sus etiquetas, armada de prejuicios e innumerables barreras, para recordar que esa no es la dirección a seguir hasta que ella lo indique. Muchos murieron antes de que fueran reconocidos sus méritos. Un viejo Galileo tuvo que abdicar de sus ideas y permanecer confinado hasta su muerte simplemente por pensar. "Y, sin embargo... gira" decía. Pero nadie le creyó y aunque hoy nos parece descabellada la posición inquisidora de los que lo privaron de su libertad, nada ha cambiado. Seguimos penalizando al que piensa, solamente hemos cambiado los tipos de castigo. Quién sabe, tal vez dentro de veinte años le demos la razón... Para entonces... ya habrá cumplido su condena.

Pero...  ¿que sería del mundo, tal y como lo conocemos, si nunca alguien hubiese tenido una sola idea? ¿que sería si nadie se hubiese atrevido a llevarla a cabo aún a sabiendas de que iba en contra de la opinión del resto? Nadie en su sano juicio puede responder a tales preguntas pues todo lo que ha sido creado por hombre proviene de una hipótesis formulada en su cabeza. Entonces... ¿Porqué ponemos tantas piedras en el camino de aquel que piensa y crea?

El ser humano nace indeterminado, necesita de otros para evolucionar... Necesita de una sociedad que sepa admitir que hay pensamientos que caducan y otros que deben nacer para renovarse así misma. Una sociedad que acepte las diferencias y conciba la diversidad de pensamiento no como un crimen sino como diferentes puntos de vista que nos pueden acercar más a la realidad de nuestra existencia, a conocer todas las caras de la moneda y así poder resolver con mayor facilidad nuestros problemas. Una sociedad que brinde oportunidades a esas mentes maravillosas y desconocidas que habitan en cada rincón de nuestro planeta.

Todos formamos parte de esa sociedad y de la misma forma que luchamos para conservarla debemos luchar también para mejorarla. Todos tenemos ideas que dan vueltas y vueltas en nuestra cabeza y que pueden proporcionarnos un futuro mejor de forma individual e incluso colectiva... No renunciemos a nuestro pensamiento como el pobre Galileo... No vivamos con el “Y , sin embargo... gira” Sigamos adelante con nuestras ideas intentando darles forma y vida.

Me despido con esta cita extraída de la pelicula “En busca de la Felicidad”
No permitas que nadie te diga que eres incapaz de hacer algo. Si tienes un sueño debes conservarlo, si quieres algo, sal a buscarlo y punto..Sabes?? la gente que no logra conseguir sus sueños suele decirle a los demás que tampoco cumpliran los suyos”

Nunca dejeis de pensar...



XIRASOLA

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